Cuando estaba creciendo, acostumbraba a sacar a “Pudgy”, mi perro, a caminar. Siempre que Pudgy veía algo interesante, como ser a otro perro, un conejo, al cartero; ahí salía a correrlos – o al menos lo intentaba. Yo tenía la otra punta de la correa y mi trabajo era sujetarla. O yo era arrastrado por Pudgy o Pudgy iba a ser guiada por mí.
Y de la misma manera es con nuestro sentimentalismo, nuestras emociones, nuestros deseos, nuestras pasiones e incluso nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos y sentimentalismo tienden a ir por todos lados y en las cosas en las cuales no debemos tener nada que ver. Y la mayoría de las personas son guiadas por sus emociones y sus pensamientos, incluso muchos creyentes. Pero, eso es como estar siendo guiado por su perro. Dios nos ha llamado a traer todo pensamiento cautivo a la obediencia del Mesías. Esto significa que usted puede tener una victoria sobre cada pensamiento, cada antojo, deseo, pasión y cada sentimiento. Pero, usted tiene que elegir querer hacerlo. La próxima vez que ese pensamiento, ese sentir, esa tentación aparezca, sujétela en obediencia a Dios - simplemente recuerde quien está del otro extremo de la correa.
Misión de Hoy:
En el día de hoy, dedíquese a no ser guiado por su sensibilidad o por su carne. Aprenda a no ser guiado, sino a guiar estas cosas, incluso sus emociones mientras es guiado solamente por la Palabra y el Espíritu de Dios.
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