Amigo Cristiano indiferente ¿Sabes que esta amonestación está dirigida a ti? Un pecador no es dueño de la salvación y por lo tanto no puede descuidarla. ¿Podría uno que camina de pie descuidar su automóvil, o un hombre que no tiene jardín, descuidarlo? Ciertamente que no.
Amigo, ¿estás descuidando tu salvación? Muchos lo están haciendo en estos últimos días y Dios nos advierte que estemos alertas. ¿Has retrocedido y vuelto al pecado, o se ha enfriado tu alma? ¿Estás en una condición tibia? Todas estas condiciones son causadas por alguna clase de descuido. Hay muchos modos de descuidar tu salvación.
1. Descuidando la oración.
2. Descuidando leer la Palabra de Dios.
3. Descuidando contestar al llamado de Dios que te dice que tomes tu cruz y Le sigas.
4. Descuidando andar en la luz que Dios te muestra.
5. Descuidando seguir en la perfección o santificación. Y hay muchas otras formas de descuido que si se practican por largo tiempo resultan en retroceso y vuelta al pecado.
Amigo: este asunto es peligroso y Dios te dirige esta pregunta directamente a ti: ¿Como escapa-remos? Toma en cuenta con mucha atención esta advertencia y vuélvete a Dios, antes que sea demasiado tarde pues la Palabra de Dios dice en 2da. De Pedro 2:20-22 que “mejor les hubiera sido no haber conocido a Dios que haber sido salvos y luego volverse y ser perdidos.”
Parece que en estos tiempos muchos ministros ponen todo el énfasis en el amor de Dios y no mencionan la ira de Dios.
Por dondequiera podemos ver gentes que fueron salvas en otro tiempo, pero que se han descuidado y han caído. Con seguridad la Biblia se cumple y estamos viviendo en los últimos días. (2da. Tes. 2:3).
Amigo, mi fervoroso ruego es que te vuelvas a Dios y te entregues a Su servicio. Si perdemos el Cielo, perdemos todo. Dale a Cristo el primer lugar en tu vida y nunca te arrepentirás de ello. No esperes a estar a las puertas de la muerte, puede entonces ser demasiado tarde. Emplea tu vida para Cristo hoy. Amigo: para terminar voy a recordarte unas líneas de un antiguo himno:
¡Oh qué triste será, Oh, qué sombrío,
Cuando acabe la luz de tu alma!
Amigo, lee y escudriña tu Biblia, y busca estos cuantos pasajes y mira que están dirigidos a ti.
-M. H.
Fuente Con Poder
Amigo, ¿estás descuidando tu salvación? Muchos lo están haciendo en estos últimos días y Dios nos advierte que estemos alertas. ¿Has retrocedido y vuelto al pecado, o se ha enfriado tu alma? ¿Estás en una condición tibia? Todas estas condiciones son causadas por alguna clase de descuido. Hay muchos modos de descuidar tu salvación.
1. Descuidando la oración.
2. Descuidando leer la Palabra de Dios.
3. Descuidando contestar al llamado de Dios que te dice que tomes tu cruz y Le sigas.
4. Descuidando andar en la luz que Dios te muestra.
5. Descuidando seguir en la perfección o santificación. Y hay muchas otras formas de descuido que si se practican por largo tiempo resultan en retroceso y vuelta al pecado.
Amigo: este asunto es peligroso y Dios te dirige esta pregunta directamente a ti: ¿Como escapa-remos? Toma en cuenta con mucha atención esta advertencia y vuélvete a Dios, antes que sea demasiado tarde pues la Palabra de Dios dice en 2da. De Pedro 2:20-22 que “mejor les hubiera sido no haber conocido a Dios que haber sido salvos y luego volverse y ser perdidos.”
Parece que en estos tiempos muchos ministros ponen todo el énfasis en el amor de Dios y no mencionan la ira de Dios.
Por dondequiera podemos ver gentes que fueron salvas en otro tiempo, pero que se han descuidado y han caído. Con seguridad la Biblia se cumple y estamos viviendo en los últimos días. (2da. Tes. 2:3).
Amigo, mi fervoroso ruego es que te vuelvas a Dios y te entregues a Su servicio. Si perdemos el Cielo, perdemos todo. Dale a Cristo el primer lugar en tu vida y nunca te arrepentirás de ello. No esperes a estar a las puertas de la muerte, puede entonces ser demasiado tarde. Emplea tu vida para Cristo hoy. Amigo: para terminar voy a recordarte unas líneas de un antiguo himno:
¡Oh qué triste será, Oh, qué sombrío,
Cuando acabe la luz de tu alma!
Amigo, lee y escudriña tu Biblia, y busca estos cuantos pasajes y mira que están dirigidos a ti.
-M. H.
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